Hace unos días recogía la prensa unas palabras del sr. Rodríguez Ibarra con las que nos pretendía ilustrar: "una cosa es la educación que se da en la familia y otra la que se debe dar en la sociedad para ser ciudadanos".Yo no soy expresidente de ninguna Junta pero sí soy una madre profesional de cuatro hijos y me atrevo a disentir de sus afirmaciones. Precisamente lo que deseamos los padres que ejercemos es que la educación de nuestros descendientes sea coherente y eso implica que lo que damos en nuestra familia sea lo mismo que pedimos se nos dé en la escuela que libremente elegimos para los nuestros.Los valores cristianos, mi religión es la católica, recogen precisamente los valores necesarios para una excelsa convivencia ciudadana: respeto, tolerancia, solidaridad, generosidad... Eso se resume en: Amor con mayúscula.Los padres tenemos voz, tenemos el deber de demostrar a nuestros hijos y con ello a toda la sociedad, que no estamos recluídos, que no sólo pagamos religiosamente nuestros impuestos sino que además, como buenos ciudadanos, queremos ejercer como progenitores y por ello demandamos que en todas las aulas, sean de propiedad estatal o de iniciativa privada, tengamos la posibilidad de elegir la clase de religión